Desde Brasil, el presidente lanzó una orden que encendió alarmas en su propio gabinete y en los sectores económicos: “hay que radicalizar la agenda”.

En un discurso pronunciado durante la COP30 en Brasil, el presidente Gustavo Petro volvió a sorprender incluso a sus aliados más cercanos. Según confirmaron fuentes del alto gobierno, el mandatario pidió a su equipo “ser más radical en la recta final de su mandato”, reconociendo abiertamente que su proyecto político enfrenta “un escenario de fracaso”.

Las declaraciones llegan en medio de una tormenta política marcada por su inclusión en la Lista Clinton, los cuestionamientos a su ministro del Interior, Armando Benedetti, y un evidente desgaste dentro del Pacto Histórico.

“Hay que ir hasta el final”

Durante su intervención, Petro insistió en que el país “debe cambiar su modelo económico cueste lo que cueste”, frase que fue interpretada por varios analistas como una llamada a endurecer posiciones ideológicas en un momento de profunda crisis social y económica.
Mientras el presidente hablaba de salvar el planeta y de una transición energética acelerada, en Colombia los gremios advertían sobre el aumento del desempleo, la inseguridad y el deterioro de la inversión extranjera.

Un exfuncionario del propio gobierno, que pidió mantener su nombre en reserva, aseguró que el mandatario “ha perdido el centro político y ahora gobierna para su círculo ideológico más duro”. Agregó que, tras las derrotas legislativas y el aislamiento diplomático, Petro “prefiere incendiar los puentes antes que corregir el rumbo”.

Señales de desgaste

Los recientes choques con Estados Unidos, las divisiones dentro del Pacto Histórico y la falta de resultados en materia de seguridad alimentan la percepción de que el gobierno entra en su etapa más frágil.
Incluso aliados en el Congreso reconocen que “la gente siente que Petro prometió un cambio que nunca llegó” y que su narrativa de confrontación permanente “ya no moviliza a nadie fuera de su base radical”.

Entre el discurso verde y la realidad roja

Mientras en la COP30 el presidente defendía su visión ambientalista y denunciaba “la hipocresía del norte global”, en Colombia miles de ciudadanos se quejan por el alza en los precios, el colapso hospitalario y el aumento del costo de vida.
El contraste entre el discurso internacional y la realidad nacional se hace cada vez más evidente. Petro habla de salvar el Amazonas, pero pierde control sobre las calles, las instituciones y su propio partido.

El tono final de un mandato desgastado

La frase “ser más radical” parece marcar el inicio del fin político de Gustavo Petro, un mandatario que llegó al poder prometiendo unión y termina su mandato polarizando aún más al país.
Lo que alguna vez fue visto como una “revolución ciudadana” hoy se percibe como una administración atrapada en su propio discurso.

En la recta final, el presidente no busca acuerdos ni reconciliación: busca una batalla simbólica, aunque eso implique terminar su gobierno solo, rodeado de leales, pero distante del país real.

Laura Molina

“Periodista investigativa con más de 12 años de experiencia en medios regionales y nacionales. Especializada en política local, transparencia institucional y control social. Ha trabajado en la cobertura de temas de gobierno, seguridad y ciudadanía en el Área Metropolitana del Valle de Aburrá. Cree en el periodismo como herramienta de transformación y rendición de cuentas.”