Bogotá, agosto 2025. – El reciente encuentro entre Álvaro Uribe Vélez y Vicky Dávila dejó más preguntas que respuestas. No solo porque se reencontraron dos figuras con historias cruzadas en la política y el periodismo, sino porque el contexto es mucho más incómodo para el expresidente: hoy, la mujer que alguna vez lo entrevistó, lo cuestionó y lo respaldó en público, encabeza las encuestas presidenciales.
Un abrazo que esconde tensiones
La imagen del abrazo entre Vicky Dávila y Álvaro Uribe se viralizó en redes sociales. Ella lo acompañó con una frase cargada de simbolismo:
“Le di un abrazo al expresidente Álvaro Uribe en nombre de millones de colombianos que lo quieren y siempre le agradecerán lo que hizo por Colombia. Que Dios lo bendiga.”
Pero, ¿qué hay detrás de esa foto? ¿Un gesto de amistad sincera o un cálculo político en un tablero electoral donde Dávila aparece como la figura de la derecha que más crece?
El ego de Uribe a prueba
A lo largo de su carrera, Uribe ha sido señalado por sectores críticos como un líder férreo, pero también como alguien reacio a compartir protagonismo, especialmente con mujeres. Sus comentarios y decisiones en el pasado han alimentado la percepción de un liderazgo con tintes misóginos.
Ahora, el destino le juega una ironía: es precisamente una mujer, Vicky Dávila, quien ocupa el lugar de favorita en las encuestas para 2026. ¿Cómo digiere el patriarca del uribismo que una periodista convertida en candidata se proyecte como la heredera del voto conservador?
Intriga en el uribismo
Dentro del Centro Democrático ya se habla de tensiones. Algunos militantes ven en Dávila la oportunidad de renovar el discurso, mientras que otros insisten en que Uribe no permitirá que otra figura –y menos una mujer– se lleve el crédito del electorado fiel.
Las preguntas que flotan son inevitables:
- ¿Apoyará Uribe públicamente a Vicky si se consolida como la candidata de la derecha?
- ¿O buscará frenar su ascenso para mantener el control del movimiento que fundó?
- ¿Podría repetirse un choque de egos que fracture aún más al uribismo?
El pulso de 2026 ya comenzó
Lo cierto es que la política colombiana está frente a un tablero inesperado. Uribe, recién liberado, busca recomponer su legado; Dávila, mientras tanto, gana adeptos como outsider y como mujer que rompe la hegemonía masculina de la política tradicional.
El abrazo del 24 de agosto podría pasar a la historia como un gesto de unidad… o como el prólogo de una batalla silenciosa donde el machismo político y la ambición personal terminarán marcando el rumbo de la derecha en Colombia.

