“Me cuentan que Trump tuvo que pedir anoche una aromática de manzanilla porque el discurso de Petro no lo dejó dormir.” Con esta frase irónica comenzó la jornada política tras la Asamblea General de la ONU, donde el presidente colombiano Gustavo Petro lanzó duras críticas contra el expresidente estadounidense Donald Trump.
Durante su intervención, Petro calificó el discurso de Trump como “una fuerza profundamente ignorante”, asegurando que esas posturas podrían “devolver al mundo a los tiempos de Hitler”. Sus palabras no pasaron desapercibidas y rápidamente encendieron el debate internacional.
La polémica de Petro
Petro, que ya se ha caracterizado por un tono confrontativo en escenarios globales, apuntó directamente contra Trump, un líder que todavía conserva enorme influencia en la política de Estados Unidos. Sin embargo, su mensaje generó dudas sobre la conveniencia diplomática de enfrentar de esa manera a un actor que podría regresar a la Casa Blanca en 2026.
En Medellín Herald consideramos que la reacción de Petro fue más un gesto de imprudencia que de firmeza. Un presidente colombiano debería cuidar las relaciones con Estados Unidos, principal socio político y económico del país, en lugar de tensarlas con frases que pueden sonar grandilocuentes, pero dejan a Colombia en una posición vulnerable.
El trasfondo
La Asamblea de la ONU debía ser escenario de propuestas sobre paz, cooperación y crisis globales. En cambio, Petro eligió confrontar a Trump con un discurso cargado de ideología, que más que reforzar la imagen internacional de Colombia, la expone a una fractura en la relación bilateral más importante para el país.
Petro buscó proyectar liderazgo global, pero terminó generando más dudas sobre su capacidad de manejar la diplomacia. Y mientras tanto, Trump… quizá sí necesitó esa aromática de manzanilla.

