La denuncia de Alfredo Saade
La controversia comenzó cuando Alfredo Saade, dirigente político cercano al petrismo, denunció públicamente que el Gobierno de Gustavo Petro había reducido drásticamente su esquema de seguridad. Según Saade, la decisión lo dejaba en una situación de vulnerabilidad frente a las amenazas que, asegura, ha recibido en los últimos meses.
El reclamo fue hecho en entrevistas y redes sociales, donde Saade pidió explicaciones al Ejecutivo sobre los motivos de esta reducción y exigió garantías mínimas para ejercer su labor política.
La respuesta irónica de Armando Benedetti
La polémica escaló rápidamente con la intervención del ministro del Interior, Armando Benedetti, quien reaccionó de manera inesperada. Con ironía y tono burlesco, Benedetti afirmó: “Yo le pago el Uber”.
Como si fuera poco, también preguntó públicamente: “¿Quién es Saade?”, una frase que muchos interpretaron como un intento de restar importancia a la denuncia y deslegitimar a su interlocutor.
Estas declaraciones generaron indignación en distintos sectores políticos, no solo porque se trata de un asunto de seguridad personal, sino porque provienen de un alto funcionario encargado precisamente de garantizar derechos y protección.
Reacciones en la opinión pública
Las palabras de Benedetti no pasaron desapercibidas. En redes sociales, opositores y ciudadanos criticaron la falta de seriedad del Gobierno frente a un tema tan sensible como la seguridad. Incluso algunos aliados del petrismo consideraron que el tono de Benedetti fue imprudente y que deja en entredicho la capacidad del Ejecutivo para atender reclamos legítimos.
Para muchos, más allá de quién sea Saade o de su nivel de influencia política, la burla del ministro refleja un desprecio preocupante por la seguridad de dirigentes que deberían estar protegidos por el Estado.
El trasfondo político
Alfredo Saade ha sido una figura que, aunque cercana al petrismo, también ha lanzado críticas y posiciones propias dentro de la coalición de gobierno. Algunos analistas consideran que la reducción de su esquema de seguridad podría interpretarse como un mensaje político, una forma de presión para acallar voces incómodas dentro de las filas del oficialismo.
Sin embargo, desde el Gobierno no se ha ofrecido una explicación clara y detallada sobre las razones administrativas que llevaron a modificar el esquema de Saade.
Crítica desde Medellín Herald
En Medellín Herald vemos con preocupación este episodio. No se trata únicamente de un choque verbal entre dos dirigentes, sino de un síntoma más de cómo el Gobierno de Petro está manejando las tensiones internas y las garantías de seguridad.
La burla de Benedetti con la frase “Yo le pago el Uber” no solo es poco decorosa, sino que envía un mensaje equivocado: la seguridad de un dirigente político no puede ser trivializada ni puesta en ridículo. Si el propio ministro del Interior se toma este asunto a la ligera, ¿qué pueden esperar los ciudadanos de a pie que también sufren amenazas?
La importancia de la seguridad política en Colombia
Colombia tiene una larga historia de violencia política. Decenas de líderes sociales, dirigentes regionales y opositores han perdido la vida por falta de garantías efectivas de protección. En este contexto, cualquier reducción de seguridad debería ser explicada con total transparencia y justificación técnica, no con frases irónicas.
El deber del Estado es proteger, no ridiculizar. Minimizar el tema no solo deteriora la confianza institucional, sino que pone en riesgo a quienes ejercen la política en un país donde ser líder sigue siendo una actividad peligrosa.

