El retorno del libreto populista
El polémico exalcalde de Medellín y ahora precandidato presidencial, Daniel Quintero, volvió a encender la polémica. En redes sociales aseguró que el abogado Abelardo de la Espriella estaría detrás de una supuesta estrategia de la Registraduría Nacional para “dilatar” la inscripción de su movimiento por firmas, denominado “Reset Total Contra el Narco y los Corruptos”.
Con su habitual tono confrontacional, Quintero sugirió que hay una persecución política en su contra. Pero, como ya es costumbre, no presentó una sola prueba que sustente sus acusaciones.
La narrativa del perseguido
Desde su salida de la Alcaldía, Quintero ha intentado posicionarse como la víctima del “establecimiento”. Sin embargo, su discurso parece cada vez más un recurso desesperado para mantenerse vigente mediáticamente.
Mientras tanto, su gestión sigue siendo recordada por el desorden administrativo, la politización de EPM y los escándalos que marcaron su paso por el poder.
La mención irónica de “Hello Kitty” como suele referirse a De la Espriella busca más generar titulares que aclarar los hechos.
El fondo del asunto
La Registraduría tiene procedimientos claros y tiempos legales para la inscripción de movimientos. No existe evidencia de interferencia externa ni de dilaciones intencionadas.
Todo indica que Quintero intenta construir una nueva narrativa de persecución para cohesionar a su base política y victimizarse ante la opinión pública.
En vez de proponer ideas o mostrar un programa serio, su estrategia parece centrarse en el escándalo. Un libreto que ya Medellín conoce de memoria.
Mientras Quintero busca enemigos imaginarios, el país espera propuestas reales. La política no se construye con teorías de conspiración, sino con resultados y transparencia

