El reciente fallo de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) ha generado desencanto profundo entre las víctimas del conflicto armado colombiano y un sentimiento general de frustración en la opinión pública. Aunque las sentencias buscan reparar, restitución simbólica y reconocer responsabilidades, muchas víctimas consideran que estos no cumplen con las expectativas de justicia, reparación y sanción efectiva que se habían prometido.
Expectativas vs. Realidad: ¿Dónde falla la JEP?
- Sanciones restaurativas sin privación de libertad
Las sanciones impuestas en casos como los secuestros de las FARC han sido restaurativas, es decir, no implican cárcel para los hechos más graves. Muchos se sienten defraudados pues consideran que la privación de libertad era una parte esencial de la justicia completa. - Demoras en pronunciarse
Casos emblemáticos como los de los “falsos positivos” han sido objeto de espera prolongada. Familias de las víctimas denuncian años de trámites, promesas incumplidas y tardanzas inoportunas que retrasan verdad, reparación y reconocimiento oficial. - Reparación insuficiente
Las víctimas sienten que las acciones restaurativas —plantar árboles, trabajos simbólicos, actos conmemorativos, restauración ecológica— no compensan el daño real emocional, social y económico sufrido. En regiones como Casanare, la reparación simbólica ha sido vista como superficial ante tragedias como los falsos positivos. - Reconocimiento parcial de responsabilidad
En varios fallos, las máximas autoridades implicadas no han aceptado su responsabilidad o han eludido reconocer el daño completo. Esto impide que haya cierre verdadero para las víctimas, quienes demandan saber quién ordenó, quién consintió, quién ocultó.
Impacto político y social
- Pérdida de credibilidad institucional: Cuando los mecanismos de justicia transicional no satisfacen las expectativas mínimas de las víctimas, erosiona la confianza en la JEP, el Estado y los compromisos de paz.
- Tensión social creciente: Comunidades afectadas se sienten ignoradas, lo que puede generar protestas, movilizaciones, e incluso radicalización del descontento.
- Riesgo de impunidad de facto: Si las sanciones no son vistas como proporcionales, algunos responsables pueden beneficiarse de la impunidad, ya sea material o simbólica.
- Dilema moral nacional: Colombia enfrenta la disyuntiva de reconciliar su pasado con justicia real versus conformarse con versiones que dejan heridas abiertas.
¿Qué esperan las víctimas?
- Sanciones que incluyan privación de libertad para quienes reconocen responsabilidad en crímenes atroces.
- Verdades completas: pruebas, testimonios, nombres, órdenes, conexiones institucionales, para que no quede duda de lo ocurrido.
- Reparación integral: económica, social, psicosocial, incluyendo medidas que restablezcan condiciones de vida dignas.
- Reconocimiento público del daño cometido, no solo simbólico, sino efectivo, con compromiso institucional.
- Agilidad en los procesos, que no se prolonguen décadas sin resolverse.
Reflexión final
El fallo de la JEP es, para muchos, solo un paso en un largo camino. Pero ese paso no basta si no va acompañado de justicia tangiblemente cumplida. Solo así podrá cumplirse la promesa de ese Acuerdo de Paz que decía: verdad, justicia, reparación y no repetición. Hasta entonces, la decepción seguirá siendo eco en las voces de quienes han esperado demasiado.

