Dentro del Centro Democrático la división es cada vez más evidente. A María Fernanda Cabal le han puesto un techo político: la ven como una figura útil para incendiar plazas, pero inviable para conquistar al electorado más amplio. Y Álvaro Uribe, astuto como siempre, parece estar jugando a dilatar la definición del candidato hasta el 8 de diciembre, con el único propósito de darle aire y tiempo a Miguel Uribe Londoño.

Cabal: un “lastre” incómodo

Aunque Cabal tiene un núcleo duro de seguidores, en el propio uribismo reconocen que su radicalismo se convierte en un obstáculo más que en una ventaja. La frase que se escucha en los pasillos es que “Uribe está encartado con Cabal”. Es decir, no puede desconocerla porque lo representa ante las bases más radicalizadas, pero tampoco puede entregarle la candidatura porque sabe que la condenaría a perder.

El cálculo de la consulta

La fecha del 8 de diciembre no es casualidad. Le da a Miguel Uribe cuatro meses para posicionarse en medios, recorrer regiones y construir una narrativa de “unidad” que lo ponga por encima de Cabal en las encuestas. El expresidente sabe que con exposición suficiente, Miguel Uribe puede imponerse como un candidato “renovable” frente al desgaste de Cabal y la ambigüedad de Paloma Valencia.

Miguel Uribe: ¿la ficha de la maquinaria?

El problema es que Miguel Uribe Londoño no tiene base propia ni liderazgo probado a nivel nacional. Su capital político es prestado: depende del aval de Uribe y de la estrategia mediática que lo ponga en vitrina. Su ascenso no responde a un respaldo ciudadano auténtico, sino a una jugada de relojería política, diseñada para mantener el control de la casa uribista y evitar que Cabal tome demasiada fuerza.

Más que democracia interna, lo que se vive en el Centro Democrático es un cálculo frío: retrasar la consulta para fabricar un candidato a la medida de Uribe. Cabal queda en evidencia como un lastre que incomoda, y Miguel Uribe aparece como el “salvador” que nadie pidió, pero que los barones del uribismo pretenden imponer. La división no se resuelve: solo se disfraza hasta diciembre.

Ana Isabel Arismendi

Periodista de Medellín Herald, especializada en política regional, temas sociales y cultura ciudadana. Estilo investigativo y analítico, con la capacidad de traducir la complejidad de los hechos en historias claras y cercanas a los lectores. Fortalecemos la opinión pública, promovemos el debate informado y mantenemos un periodismo independiente al servicio de la comunidad antioqueña.