El uribismo implosiona: Cabal denuncia sabotaje, misoginia y asesorías extranjeras en el Centro Democrático
El uribismo está viviendo su crisis más profunda desde su creación. Lo que alguna vez fue un partido disciplinado, con jerarquía y sentido de propósito, hoy parece una nave sin capitán, llena de pugnas, sospechas y ambiciones personales.
La senadora María Fernanda Cabal rompió el silencio y puso nombre a lo que muchos militantes del Centro Democrático venían comentando en voz baja: hay sabotaje interno, cambio de reglas y desprecio por las bases del partido.
En una entrevista que sacudió la política nacional, Cabal denunció que dentro del partido se está intentando alterar el mecanismo de elección del candidato presidencial de 2026, desconociendo los estatutos vigentes y beneficiando, según ella, a un precandidato en particular: Miguel Uribe Londoño.
“Están cambiando las condiciones en medio del proceso, algo inaceptable en un partido que se fundó sobre la palabra, la coherencia y el respeto por la base”, declaró Cabal con firmeza.
Las acusaciones van más allá de una simple queja interna. Cabal reveló la presencia de un asesor extranjero, el venezolano Lester Toledo, un personaje con pasado cuestionado en campañas políticas fuera del país, que habría sido contratado para intervenir en la estrategia del uribismo.
Según la senadora, la influencia de Toledo ha generado tensiones dentro del Centro Democrático, pues busca imponer un estilo agresivo, mediático y foráneo que nada tiene que ver con la identidad del partido.
Un asesor que no conoce la historia ni la esencia del uribismo no puede venir a dictar cómo se elige un candidato ni cómo se gana una elección en Colombia.
Pero la polémica crece al interior. Cabal también habló sobre al ideólogo del partido, José Obdulio Gaviria, a quien cuestiona por impulsar la idea de un candidato único definido desde la cúpula, sin consulta con las bases ni debate interno.
La senadora, se pregunta si hay un sesgo misógino y excluyente, que busca minimizar el papel de las mujeres más visibles y preparadas del uribismo.
Tenemos senadoras con liderazgo, experiencia y respaldo ciudadano, pero prefieren buscar candidatos por fuera. Eso no es estrategia, será misoginia política.
El trasfondo de la crisis, según Cabal, es más moral que técnico: el partido que alguna vez exigió disciplina y lealtad se está desmoronando por dentro, entre egos, asesorías improvisadas y cálculos personales.
“Estamos peleando por minucias mientras el país se cae a pedazos. La gente allá afuera sufre por inseguridad, desempleo, hambre y desesperanza, y nosotros, en lugar de ofrecer una alternativa, estamos destruyéndonos internamente”, afirmó.
Cabal hizo un llamado directo a la unidad y a retomar el norte del movimiento que alguna vez inspiró a millones de colombianos:
“Hay que rodear al director del partido, exigir respeto por los candidatos y aplicar los estatutos”. No se puede seguir dilatando la posibilidad de llegar al poder en un país lleno de necesidades. Este no es el momento para sabotajes ni para cálculos mezquinos; es el momento de recuperar la confianza del pueblo.
Las palabras de Cabal no fueron un exabrupto. Fueron una advertencia.
El Centro Democrático, que durante años se erigió como el bastión del orden y la autoridad, hoy enfrenta una implosión política provocada por su propia dirigencia.
Los nombres ya están sobre la mesa: Miguel Uribe Londoño, cuestionado por intentar cambiar las reglas; Lester Toledo, el asesor extranjero que nadie pidió; y José Obdulio Gaviria, invisibiliza a las mujeres del partido.
La senadora no se guardó nada. Dijo lo que muchos piensan y pocos se atreven a decir.
